Sin lugar a dudas, las obras más famosas de Tracy Hickman y Margaret Weis son las relacionadas a la serie Dragonlance, todo un clásico y un referente desde mediados de los ochenta hasta finales de los noventa, sobre todo las dos primeras trilogías, leyendas y crónicas, publicadas a mediados de los ochenta (84-86). Pero desde que leí La Espada de Joram, sin duda esa trilogía se convirtió en mi preferida de dichos autores. La espada de Joram, originalmente fue una trilogía publicada en 1988, (La Forja, La Profecía y El Triunfo), a la que se le añadió un cuarto volumen diez años después (El Legado de la Espada Arcna)

Los cuatro tomos edición bolsillo

La Espada de Joram era algo atípico para su momento, pues lo normal era que en los mundos de fantasía dominasen las espadas y los dragones y que la magia fuera sólo algo reservado para unos pocos habitantes o razas. En esta trilogía nos encontramos que es al revés, la magia predomina en el mundo, y los pocos nacidos sin magia son unos parias que viven en el destierro. Así, en un mundo dominado por la magia y sin la necesidad de construir armas ni herramientas, y teniendo una profecía que te avisa del mal augurio de un nacimiento real de un ser sin magia…, pues cuando sucede, ya está liada, y aún más cuando ese tal Joram forja una espada.

La trilogía en sí, se basa en la lucha por sobrevivir de Joram, y todos los obstáculos que tendrá que superar para llegar a conseguir su objetivo. Para ayudarlo, evidentemente, se cruzarán en su camino y lo acompañarán algunos personajes secundarios. De todos ellos destacaría a Simkin, un misterioso y complejo personaje que llena de humor las aventuras y también de misticismo e intriga, para mí, quizá el mejor personaje de la saga.  

 Lo más curioso, es que ya véis que hablo de trilogía, y de hecho hay cuatro libros, la razón es que gran parte del público no quedó del todo satisfecha con el final de la historia (yo me incluyo), y al cabo de diez años, sacaron un cuarto volumen como para “arreglar” o “endulzar” el final. El libro no fue bien recibido por la crítica, aunque yo lo agradecí. En parte porqué salió justo cuando hacía poco que acababa de leerme el tercer volumen, y me lo leí casi seguido, y luego, porqué sí, a mí, por aquel entonces, la saga me dejó mejor sabor de boca con el cuarto libro, que si hubiera finalizado en el tercero.

Joram más Dragonlance

A diferencia de Dragonlance, en la Espada de Joram creo que se cuidan más los detalles, diría que es una historia más madura. Con el tiempo, guardo un buen recuerdo de La espada de Joram, mientras que con la Dragonlance (que tras el señor de los anillos fue lo siguiente de fantasía que leí), pese a que los disfruté, me ha quedado el sentimiento de que  pese a ser unos buenos libros de iniciación a la fantasía, yo los tildaría de bastante facilones y despreocupados a la hora de hilvanar detalles, se enfocan principalmente en explicar aventuras sin tener en cuenta  aspectos como la coherencia de muchas de las cosas explicadas.

Para finalizar, diría que La Espada de Joram, ha sido injustamente infravalorada, pues para mí es un claro precedente de una gran parte de la corriente de fantasía del sXXI, es decir, el mezclar fantasía con ciencia ficción y tecnología, el crear un mundo en que todo sea magia etc, muchas de las cosas que parecen haberse innovado en este siglo, ya lo hicieron a finales de los ochenta Margaret Weis y Tracy Hickman con esta saga.

BSO de la entrada:

Sword of the Gods, de Virgin Steele

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