El Silmarillion es un libro difícil, sobretodo en su inicio. Se ha de tener la mente abierta y pensar que no es un libro al uso, no es una aventura que empieza poniéndonos en situación a través de la presentación de unos personajes ni de una corta narración, sino que empieza explicando la creación de un mundo, las primeras peripecias de los dioses vividas en él, y luego el despertar de la raza más antigua, los elfos, que es cuando el libro toma ya un aire más novelesco.
Debo decir que este libro lo empecé a leer tres veces. La primera lo tuve que dejar por unos exámenes, lo re empecé y lo dejé porqué me era difícil seguirlo sin mapas. No fue hasta el tercer intento que lo conseguí continuar y acabar, y es que en el libro, sólo sale el mapa de Beleriand (al menos en la edición de bolsillo que yo tenía), y no hay imagen alguna sobre La Edad de los árboles, las Lámparas o Aman y Valinor, por lo que los primeros capítulos se hacían muy difíciles de interpretar sin un soporte visual. Por suerte un día vi que en los quioscos vendían la enciclopedia Tolkien, cuya primera entrega venía con un cd que contenía los mapas de Tierra Media y su evolución, así que me lo compré y reinicié de nuevo la lectura. Al fin conseguí vislumbrar la situación geográfica de las diferentes edades, lo que me permitió completar mi esquema mental sobre la historia que estaba leyendo. Para los más jóvenes os diré que, no, en esa época, internet aún no había llegado a España. Por eso digo que ahora es mucho más fácil orientarse en los primeros capítulos del libro. Desde entonces lo he releído completo en tres ocasiones, siendo la obra que he leído más veces, por no hablar de muchas otras tantas que lo he consultado para jugar a rol, revisar la cronología de la Tierra Media o mirar los parentescos entre los principales personajes, que junto a los mapas de Beleriand, conforman unos extensos apéndices.

El libro empieza con el Ainulindalë, que sería donde se explica la creación de Arda, el mundo de Tolkien. Luego viene el Valaquenta, donde se describen algunas aventuras de los mismos dioses recorriendo Arda. Ambas partes son densas, pero cortas, pues antes de llegar a la página cuarenta, ya nos encontramos con la parte principal del libro, el Quenta Silmarillion, es aquí donde empieza de verdad la aventura y se desarrolla la base central del libro, la Primera Edad (recordemos que el Señor de los Anillos tiene lugar en la Tercera Edad). Las últimas cien páginas las componen el Akallabeth, que nos cuenta la caída de Numenor durante la Segunda Edad y finalmente encontramos “De los Anillos de Poder y la tercera edad”, que nos detalla algo más de lo contado en el Señor de los Anillos.
Los primeros capítulos nos hablan de la aparición de los dioses y su periplo por la Tierra Media, hasta que deciden marchar hacia el oeste, al continente de Aman, donde fundan su reino, Valinor. Luego, la aparición de los elfos marcará el grueso de la historia, pues en ellos se basa el “Quenta el Silmarillion” donde en su inicio se relatan una serie de importantes sucesos, que hacen que los Noldor, una de las ramas de los elfos, regresen a Tierra Media, a las tierras de Beleriand, donde, a partir de ese momento se librarán las más grandes batallas jamás contadas entre los seres más poderosos que han pisado Tierra Media.

Es cierto que el Silmarillion, no es una obra, estrictamente escrita por John Ronald Reuel Tolkien, sino un libro resultante del trabajo de lectura, recopilación y ordenación de sus manuscritos hecha por su hijo Cristopher Tolkien. Esto le otorga cierto menosprecio por un sector de lectores, pero para mí es una suerte que estuviera ahí su hijo para rescatar y completar tal magna obra.
Sin duda es una de mis principales influencias, sobre todo en lo imaginativo, no así en la forma de narrar, ya que Tolkien resulta algo arcaico, pero seguro que algún anacronismo suyo sí que se me ha pegado. De lo que no hay duda es que esta obra es mi debilidad, la biblia de Arda y la Tierra Media, y diría que de la fantasía. Nada nunca será más épico, más basto, más grandilocuente y rezumará tanto esplendor como «Quenta el Silmarillion», y si alguna vez se escribe algo más épico y grandilocuente que esto (o ya está escrito y no me he enterado), espero no tardar en leerlo, así que acepto recomendaciones 😉
Enlace de tema musical BSO de la entrada (cuyo maravilloso álbum inspirado en el Silmarillion del que se extrae algún día también será objeto de reseña)