Parece que El Brujo, creado por el polaco Andrezej Sapkowski, ha eclosionado con fuerza. Tras la fantástica adaptación de la saga al mundo de los videojuegos en The Witcher 3 (2015), Netflix ha buscado rellenar el hueco dejado por la serie Juego de Tronos, con su apuesta por The Witcher, de todo ello hablaré hoy, pero empecemos por el principio.

Saga literaria de Geralt de Rivia, también llamada la Saga del Brujo.

La saga de Geralt de Rivia dio comienzo en 1992, mientras que el último volumen se publicó en 1999. En castellano no fue hasta 2002 que vieron la luz El Último Deseo y La Espada del Destino. Estos dos primeros volúmenes llegaron a mí en un solo tomo de la mano de Círculo de Lectores en 2005. A éstos les siguieron cinco volúmenes más, La sangre de los elfos, Tiempo de Odio, Bautismo de Fuego, La Torre de la Golondrina y La Dama del Lago, este último, en según que ediciones dividido en dos partes. Los volúmenes no son excesivamente gruesos, rondando las doscientas cincuenta páginas, a excepción del primer tomo, que engloba los dos primeros volúmenes, que son unas seiscientas cincuenta.

Saga de Geralt de Rivia

Una vez empecé a leer El Último Deseo me di cuenta que estaba leyendo algo completamente distinto a todo lo que había leído hasta entonces, en cuanto a fantasía se refiere. Pese a que el mundo era de fantasía medieval, el lenguaje era más tosco, más vulgar, el mundo sucio, cansino, pesado, maloliente y plagado de monstruos, en cualquier lado podías toparte con alguno, y no necesariamente en medio de la nada, sino que podían aparecer en las mismas inmediaciones de cualquier núcleo urbano, ya fuera tanto en un pueblucho cutre de campesinos como en una próspera ciudad de mercaderes, y precisamente de eso vive Geralt, y en general los brujos, de cazar monstruos.  

Pues bien, en este mundo medieval tan barriobajero y oscuro, se cuentan las aventuras y desventuras de Geralt de Rivia, el Brujo. En los primeros capítulos, encontramos unas cuantas historias que se asimilan a los cuentos populares como caperucita roja etc, adaptados al mundo fantástico y dotados de cierto sentido del humor. El sentido del humor está muy presente en la saga, y se va alternando entre el humor negro, sarcasmo e incluso el cinismo, pues también hay un juego de cierto paralelismo entre nuestro mundo real y el del brujo.

Entre medio de tanta caza de monstruos, y tanto cuento, al fin, parece que una historia tiene más recorrido, y ahí será cuando empieza de “verdad” la Saga. Ésta es la historia de un brujo, que en medio de un mundo en guerra, ve como por caprichos del azar, o más bien, del derecho de la Sorpresa, su destino se vincula al de una joven muchacha, quien, debido a cierta profecía, resultará ser objeto de deseo por parte de magos, brujas, reyes, mercaderes, caza recompensas…, lo que llevará al brujo a tener que lidiar con un sinfín de dispares adversarios e inimaginables situaciones. Todo ello, como no, en compañía de los más variopintos de los personajes. Los personajes secundarios, sin lugar a dudas, son delo mejor de la historia. Son muy completos y muchos de ellos van apareciendo y desapareciendo de la trama, por lo que también le da más dinamismo. En concreto a mí me encantó Regis, un personaje muy peculiar que se me hizo muy querido casi al instante. También hay que destacar los personajes femeninos, pues tienen gran protagonismo y fuerza, algo que no era demasiado común dentro del género y que ya está normalizando.

La parte negativa de la saga, o menos buena, para mí, son los dos últimos volúmenes, pues a mi entender todo se descarrila un poco.

Hay que ir con cuidado con la magia, llega un punto en que, y ya hablo como escritor, si nos pasamos, la cosa se descontrola, porqué se puede caer en incoherencias, pues, y hablo en general, no sólo por esta saga, el dotar a los personajes de conjuros muy poderosos, poder alterar realidades, el espacio, el tiempo, abrir portales etc, todo esto se ha de definir muy bien, tanto como el quién, el cuándo, el cómo y el por qué, si esto no se especifica de forma precisa, los autores podemos cargar con un lastre que propiciará que los lectores se pregunten el porqué de la no utilización de dicha magia en futuros puntos comprometidos de la historia. Por otro lado, un exceso de poder en cualquier personaje puede romper el equilibrio de la historia, ya que los retos más mundanos pasarán a ser algo muy superficial y se deberá aumentar el poder de su entorno para equilibrarlo. Es, precisamente éste equilibrio,  el que, para mí, en los dos últimos volúmenes, chirría un poco, así como el desfase de hechizos y magia que se desbordan en un punto y que, me hicieron distanciar un poco de la historia, pues perdió algo de la credibilidad, o coherencia que venía teniendo.

Por otro lado, también creo que hubiera sido más acertado acabar la saga en el final del capítulo nueve de la Dama del Lago. No porqué el final no me haya gustado, sino más bien porque hubiera sido menos incoherente.

Una gran saga, muy bien ambientada, con muchos y muy buenos personajes, con grandes historias entrelazadas (hay detalles de muchas pequeñas historias paralelas a la principal, que parecen nimios, pero luego adquieren protagonismo), un gran derroche de fantasía (razas, monstruos, seres, magia…), pero que se mezclan con un mundo más real en lo referente a unas similitudes políticas más cercanas a nuestro tiempo y mundo, y todo ello, en gran parte, contado en un lenguaje más llano y vulgar para emular la parla popular. Lástima del bajón en los dos últimos libros.

The Witcher (la serie tv de Netflix)

Primero decir que, recalco lo de Netflix porque hubo una serie polaca realizada entre 2001 y 2002, llamada Wiedzmin, The Hexer internacionalmente. Fueron trece episodios, los cuales también fueron resumidos en una película del mismo nombre. Lo cierto es que no gustaron ni al propio Andrzej Sapkowski ni a los fans polacos.  

En cambio, mejor suerte ha tenido la adaptación de la plataforma televisiva Netflix, que parece haber logrado, en gran parte, su propósito, ocupar el vacío de Juego de Tronos. No en vano, la saga de Martin, tiene dejes de la de Sapkoski, como el lenguaje vulgar y callejero y la compleja situación política de alianzas y traiciones, aunque el mundo del Brujo tiende más a la fantasía que el de Martin.

La primera temporada son ocho capítulos que vendrían a contar parte del primer libro. Para mi hay un problema que se podría haber solucionado de una forma muy simple, y es que la aventura la presentan en tres líneas temporales diferentes según el protagonista. Una nos presenta el presente, la otra arranca quince años antes, y la tercera empieza cien años antes a la segunda. Esto hace que, por momentos, los espectadores se pierdan, incluso aquellos que han leído los libros, hasta que por fin en algún momento, el televidente deduce que son tres historias que avanzan en tiempos diferentes. No es hasta el último episodio que acaban confluyendo todas. La idea es buena e interesante, pero, poniendo un marcador cronológico al inicio de cada una de las tramas, se hubieran ahorrado un montón de malentendidos y algún que otro desertor de la serie por no entender nada.

Confirmada ya la segunda temporada, es de esperar que aumente algo el presupuesto de la producción y destinen más a la postproducción, pues en ocasiones, hay detalles que se ven faltos de presupuesto. Por ejemplo el tratamiento de los colores de los paisajes, que parecen demasiado reales, como filmados con una cámara doméstica, y no tienen el tratamiento de imagen tan elaborado como la mayoría de series y películas (la diferencia es la misma que hay entre una foto natural, a otra manipulada y retocada con filtros varios).

En lo demás creo que la serie está muy bien conseguida, tanto en la historia, personajes, ambientación etc, incluso Henry Cavill, al quien no acababa de ver en el papel, me ha resultado convincente. Esperando con ganas la segunda temporada.

The Witcher 3 (videojuego)

Anteriormente hubo un par más, pero realmente fue la tercera parte (2015) la que lo petó consiguiendo varios premios y un montón de seguidores. De hecho, la serie de Netflix, tiene más que ver con el éxito del juego, que con la saga literaria, digamos que ha sido este videojuego el que ha popularizado al personaje.

Por mi parte creo que el juego es fantástico, los gráficos, la ambientación, la jugabilidad, los detalles, y lo mejor de todo, la gran cantidad y la calidad de las historias secundarias. Para mí de largo lo mejor, hay historias secundarias realmente muy logradas y trabajadas, tanto que podrían ser perfectamente un juego en sí mismas, la del Barón, me parece genial.

El mapa es muy amplio, y puedes explorarlo a tu antojo, aunque hay misiones que ya te vienen marcadas y te dicen el nivel aproximado en el que deberías afrontarlas. Hay diferentes tipos de desafíos secundarios. Los típicos mata-mata, que son los contratos de brujo que encuentras en tabloides a la entrada de los pueblos, o en las posadas y hablando con la gente, al igual que los que son algo más complejos, en los que has de hacer dos o tres cosas diferentes. Luego están las misiones secundarias más elaboradas, que suelen ser consecuencia de la trama principal y que no se activan a menos que avances en esa trama, y que al mismo tiempo, si no los haces, desaparecen una vez avances en la historia principal. Éstas últimas suelen ser aventuras más complejas y algunas eliminatorias, es decir, si te decides por una, no puedes hacer la otra. Para que no te pierdas, tienes un menú con todas las misiones que has encontrado y el estado en el que se encuentran, así como el nivel aconsejable para realizarlas.

Otra forma de encontrar misiones secundarias, es cabalgando de un sitio a otro y metiéndote campo a través, aunque este método es más chapucero y puede dar al traste con el guion de alguna bonita secundaria, es conveniente grabar antes de salir de viaje.

Al principio  deberemos cabalgar muy a menudo, por lo que encontraremos mucho bicho en el camino que nos ayudará a subir de nivel, a medida que avanzamos en el juego y descubrimos nuevos lugares, podremos viajar de un sitio a otro simplemente con pulsar en el mapa, pero nunca para ir a sitios desconocidos, lo que está bien para meternos en el juego, pero impacientará a aquellos que sólo quieren ir a por la misión principal (gran error).

Escena de The Witcher 3

Otro punto a tener en cuenta es que hay algunos objetos (pocos), que más vale no vender, porque algunos serán necesarios en algunas misiones. Para guardar cachivaches varios, en determinados lugares del juego encontraremos unos grandes cofres donde mantener a salvo el equipo que no necesitemos llevar encima.

En cuanto a la trama, digamos que aparecen muchos de los personajes del libro y partes de la misma se asemejan a los libros, pero no hay un paralelismo exacto entre ellos.

Sin lugar a dudas, The Witcher 3 sería el mejor juego al que he jugado nunca, si antes no hubiera jugado a Skyrim. El podio lo completarían los ya lejanos Baldur’s Gate I y II.

BSO de la entrada:

Iced Earth; A Question of Heaven

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